Ayer, por primera vez en mi vida y por ser el último día del mes, hice ñoquis. Mi vecina me había dicho la receta y yo confié plenamente en mi memoria pero así mismo los busqué y no los encontré en mis recetas De cocina. Total, en vez de echarlos en agua hirviendo los eché en aceite hirviendo y quedaron ricos pero no sé si la brujería va a funcionar de esa manera. Estuve toda la mañana metida en la cocina ensuciándola para hacer esos ñoquis y las lentejas, cosiendo el mantel más bonito que tengo todo bordado en seda que tenía 2 huecos, y también cocinando arroz y fritando pescado, etc.. Almorzamos a la una de la tarde y después de dormir la siesta (excepcionalmente no fue pre–siesta), estuve toda la tarde también metida en la cocina limpiando y organizando el caos en que quedó. Mi ex–sapo no me ayudó en nada y yo estaba furiosa con él, pero no peleé con él porque él estuvo con la boca abierta observándome pues no podía creer que por primera vez en 18 años yo hubiese preparado un almuerzo sólo para nosotros dos. Sin embargo, aprovechando que el día había amanecido muy bonito pero viendo que a las 8 se empezó a poner gris, él me ayudó muchísimo a limpiar el techo que estaba lleno de las telas de 3 enormes y bellas arañas con pintas amarillas y rojas. Limpiando el techo, desde abajo, de repente me sentí como si estuviese con los ojos tapados dándole palo a una piñata y después estuve todo el día pensando que ya no se celebraban los cumpleaños de los niños, por lo menos los de mis nietos, como antiguamente, y tomé la decisión de hacer mi tesis de maestría en filosofía sobre el estudio de la piñata como formación de la base de la realidad. Claro, tengo que consultar con mi primo Nelson que es tutor y eso cuando esté en Venezuela, no sé cuándo, porque pretendía ir en Junio para ayudar a mi hermano mayor a vender la casa de Caracas, pero ahora dudo que pueda terminar el castillo de las gallinas antes de esa fecha....
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