EL FOOTBALL

Hoy mi vecina/mejor amiga vino mientras yo dormía mi pre-siesta y le dijo a Shrek (que andaba peleando con Doña Rita Jugo de Caña y sus empleados para que no hicieran ruido no fueran a despertarme) que no podía ir a caminar conmigo a las 4 como hacemos todos los días porque estaba con visitas. Me alegré porque así pude leer bastante el libro maravilloso que ella me prestó: The Kite Runner de Khaled Hosseini. También fue muy bueno recibir E-mail de mi única hermana que vive en Sevilla contándome que mi hijo carioca iría a Inglaterra al terminar el verano pues ya le habían ofrecido trabajo allá. Ay qué bueno, gracias a Dios. Por lo demás estuve buscando en la Internet un servicio de blogs que tuviese contador de visitas para enterarme si mis hijas están leyendo este blog porque si no lo están leyendo (aunque sea una de las tres) pues voy parando por aquí. La verdad es que me gusta publicar las fotos que aquí en mi casa, con tanta humedad, se están dañando (las impresas a la moda antigua). Nada es perfecto. Mi casa es tan bonita tan bonita como no hay otra igual en el mundo y yo soy tan feliz aquí que no quiero venderla pero tengo que venderla. ¿Cómo es que alguien puede vender algo que ama? Espejo, espejo mío, ¿Hay en el mundo una casa más bonita que la mía? Y está a apenas 100 kilómetros de la ciudad de Río de Janeiro, capital del estado de Río de Janeiro, en Brasil, el país del football y el carnaval. Hoy hablé con mi nuera carioca (con mi nieto no, porque estaba dormidito). Me dijo que iba a celebrarle su cumpleañitos el 21 de Junio y no el 2 que es cuando cumple 3 años. Tengo que ver si voy a Venezuela. ¿Será necesario? Entonces tendría que reservar para el día 22 de Junio. Aquí dicen que “boniteza não põe mesa”, pero lo mejor que tiene mi casa no es su belleza sino su agua pura sin cloro procedente directamente de la fuente con la que tomo baño, cocino, hago café... ¡Ay, sufro cuando viajo y el café me sabe a cloro o a barro o tomo baño y mi piel queda reseca! Pero Venezuela tiene otras cosas, que son buenas, como las arepas, y sobre todo la compañía de mi mamá, de mi hijo mayor, mi nieto Santiago, mi nuera, mi prima poeta, el único hermano (de los 4 que tengo) que vive en Venezuela, su hijo mi sobrino, otros primos, etc., etc....