sábado, 3 de mayo de 2008

EL JARDINERO


Hoy, por segundo sábado consecutivo, intenté pagar en el supermercado Oliveira nuestras compras con la tarjeta de crédito Mercantil, pero de nuevo fue rechazada. Me imagino que cuando llegue la clave entonces sí podré usarla. De todas maneras estuve ensayando la firma de mi hijo carioca, lo cual no fue difícil porque fui yo quien lo enseñó a escribir y por eso nuestras letras tienen los mismos trazos. Eso fue después de la misa de las 6 de la tarde porque no pudimos agarrar el autobús de las 5 y media sino el de un cuarto para las 6 porque llegaron 2 mujeres y un hombre de visita queriendo alquilar el salón para fiestas pero no por un día ni por un fin de semana, sino por mínimo 6 meses pagando mil mensuales y dijeron que el lunes venían con el contrato y 3 mil reales para pagarme 3 meses adelantados. Pero mi ex–sapo se puso furioso porque cuando me preguntaron que si él era el jardinero yo dije que sí. Total, cuando vengan el lunes les tendré que decir que conversé con “mi marido, que vive en São Paulo” y él no quiere que alquile sino que venda y punto final. Y mientras tanto las deudas van creciendo. Bueno, todavía falta mucho para el lunes. En la mañana fui a llevarle uno de los frascos de mermelada a mi vecina y ella la probó y le gustó. También hizo ñoques y me enseñó cómo los hace para que yo viera cuáles habían sido mis errores. Y el primero fue la forma como cociné las papas. Primero las pelé, después las corté en pedazos y las puse a cocinar pero hay que cocinarlas enteras con concha y todo y después quitarles la concha. También vinieron de visita dos amigos que me pidieron permiso para ir a visitar la capilla de Nuestra Señora de los Vientos. Les presté la llave para firmar el libro de visitas pero creo que fueron fue a fumar marihuana por el olorcito que sentí cuando regresaron de allá. Pobrecita mi Virgen Santa.

No hay comentarios.: