sábado, 24 de mayo de 2008

EL BAR


Hoy no hice sino llorar y llorar mientras desayunaba y mientras almorzaba leyendo los capítulos 12 y 13 del libro que me prestó (antes de ella misma leerlo) mi vecina/mejor amiga/psico-analista y gran cocinera y que su hijo menor Martius, médico e ingeniero mecánico, le regaló el día de su cumpleaños. Es un libro bellísimo: “O Caçador de Pipas” (The Kite Runner) de Khaled Hosseini. Sobre todo me hizo llorar la coincidencia de que el protagonista principal se casa y un mes después muere su padre, tal y cual mi papaíto que también se murió un mes después de yo haberme casado. También estoy leyendo pero en el computador “The Diamond Curse” (“La maldición del Diamante”) de Fouad Kamil, el mismo autor de “Terrorismo Legalizado” que yo iba a traducir para ganarme unos reales, pero desistí porque es demasiado violento . Lo mejor que me sucedió hoy fue que Shrek dejó como nueva, utilizando su maquinaria de herrero, una olla que tenia unos 20 años en uso sin ser limpia por fuera. Era mugre pegado desde la época en que teníamos nuestro restaurancito, hoy recordado como el “bar a la luz de velas” que funcionó durante 10 años y fue fundado por mi hijo mayor que había sido aprendiz de Pierre Blanchard cuando Pierre (quien. por su vez había sido alumno de Paul Bocuse, considerado el mejor cocinero del mundo) era chef del restaurante del Izcaragua Country Club de Caracas. También hoy limpié la nevera por dentro y en eso estuve casi toda la mañana revisando frascos y más frascos de comidas que guardo y después olvido. Las gallinas se dieron el mayor banquete. En la noche, cuando regresábamos en autobús de misa, me dio comezón en la palma de la mano izquierda. Me rasqué contentísima porque eso significa que voy a recibir un buen dinero, es decir, un dinero abundante o por lo menos suficiente para saldar mis deudas. Sé que es pura superstición y por lo tanto considerada pecado, pero el 30, para que mis pecados sean perdonados, comienzo junto con Shrek la trecena de San Antonio, por primera vez en 23 años que tengo viviendo justamente en esta parroquia de San Antonio.

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