martes, 20 de mayo de 2008

BOLITAS DE BACALAO



Lo mejor que me sucedió ayer fue descubrir por casualidad, un poquito antes de las 6 de la mañana, que mi hijita menor, de quien no sé nada desde el día de la madre hace 9 días, había publicado una nueva entrada en su blog (http://anaestrella.blogspot.com), un acontecimiento, después de más de un mes de silencio. Entre las fotos la que más feliz me dejó fue la que nos tomó la camarera de lo que sería aquí en Teresópolis un barcito de mala muerte pero que por estar en Magé (a unos 30 Km. de aquí) es un buen bar, ya que Magé es una ciudad mucho más antigua, pequeña y pobre que Teresópolis, de clima caliente y que ni siquiera tiene una Universidad. Pero no sé por qué allí las bolitas de bacalao, mi plato predilecto, son mucho más baratas y sabrosas que las que hacen aquí. Además, despreocupados con la cuenta que tendríamos que pagar, convidados por un accionista de la Petrobrás, comimos y bebimos hasta hartarnos, conversamos toda la tarde sobre economía, política, historia, sociología todos alegres y hasta ahora ha sido el mejor día de 2008 para mí. De todos mis hijos, esa hijita mía, la menor, el broche de oro con el que encerré mi basta producción de hijos, es la única que quisiera vivir aquí cuando termine su facultad de sociología y política en São Paulo, ya que aquí en Teresópolis solamente hay facultades de medicina, odontología, veterinaria, enfermería y derecho. Ayer también me sucedieron muchas otras cosas buenísimas como hacer mis ejercicios de gimnasia completos interrumpidos durante 4 días por estar desesperada limpiando y limpiando ya que la luna llena llegó el domingo en la noche aunque lo que me estimulaba era la búsqueda del ratón que había caminado sobre mi pierna. También toqué piano pues Shrek lo retiró de la pared y pude así revisarlo, limpiarlo y pintarlo por detrás, pobrecito, cosa que no hacía desde hace casi un año. Lo único malo es que me siento esclava de mi casa propia y creo que es por eso que quiero venderla, pero me aguantaré hasta que me paguen lo que pido o hasta que mi hija menor se venga a vivir aquí y ella que se encargue del mantenimiento de esta joya, por no llamarlo elefante blanco.

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