miércoles, 30 de abril de 2008

LA LUNA


Ayer terminé de leer el libro “Wittgenstein!” de Contador Borges, pero lo empecé inmediatamente a leer de nuevo porque mi vecina y mejor amiga me lo pidió prestado y no quiero que, cuando ella lo comience a comentar conmigo, piense que soy una burrita (aunque ella considere que los animales sean superiores a los seres humanos. Pero me siento burra cada vez que me acuerdo interrumpí mi curso de Desarrollo Rural y regresé a Venezuela estando en Inglaterra embarazada de mi hijo menor quien hoy tendría nacionalidad británica y dos años después también me comporté asnalmente regresando a Venezuela estando en Brasil embarazada de mi hija menor, sólo porque no aguantaba más lavar los vasos que ensuciaban mi 4° marido y sus amigos en las fiestas de 3 días y 3 noches seguidas que él hacía regadas a aguardiente y marihuana. No sé qué me pasaba que cuando estaba embarazada como que perdía la cabeza. Menos mal que gracias a Dios ya me vino la menopausia y desde entonces es que disfruto de la vida porque hasta entonces mi vida fue un tormento. Pobrecitos todos mis ex -maridos a quienes sin querer hice sufrir muchísimo y claro, pobrecitos mis hijos a quines es hice un daño irreparable. Por cierto, en el programa “Fantástico” del domingo pasado hubo un cuadro llamado “sexo opuesto”donde un tipo quiere tener y anda buscando 4 novias que así como las fases de la luna estén en la fase de ovulación en semanas diferentes ya que las otras tres fases de la mujer son la de la tensión pre-menstrual, la de la menstruación y la otra se me olvidó cuál, pero las mujeres, -antes de la menopausia-, solamente son soportables en una única semana del mes que es cuando, por estar ovulando, creen que su marido es maravilloso, aunque no le sea, lindo y bello aunque sea horroroso, le perdonan todos sus errores y vicios y los aman). En la tarde fui a caminar con ella y antes le devolví las ollas que me había prestado para la fábrica de mermelada y le conté muy triste que a mi ex -sapo no le había gustado la mermelada y encima me había recomendado que me comiera yo sola el contenido de todos los frascos porque a nadie le iba a gustar eso.... Pero mi amiga me convenció para que perseveráramos hasta el séptimo error. Ojalá que la otra socia, Doña Rita Caldo de Cana también esté de acuerdo

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