sábado, 19 de enero de 2008

EL CUADRO



Hoy, viernes, 18 de Enero de 2007, leyendo “Miranda” de Mariano Picón Salas, supe que el Generalísimo Francisco de Miranda tuvo, -con una escocesa llamada Sara, aproximadamente en 1800-, dos hijos: Leandro y Francisco. En esa época ellos vivían en Londres y, cada vez que él podía, adquiría una obra de arte para su colección y he tenido ganas de contarle a Sotheby’s la falsa historia de que el cuadro que está en la sala de la casa de mi mamá en Los Teques ha estado en nuestra familia desde entonces, ya que somos descendientes de él aunque no me interesé mucho por esa tal descendencia cuando lo supe por boca de una tía soltera de mi mamá hace 15 años y como ella murió poco después de haberme contado eso no sé con quien podría enterarme de más detalles precisos ....entonces lo mejor es que no mienta (Abbati, medico, patronoque intima pande, Al médico, confesor y letrado no le tengas engañado) y siga llevando mi vidita tranquila y sin complicaciones porque gracias a Dios lo único por lo que estamos endeudados mi compañero y yo son 30 reales (unos diez euros). Aprendí con mi hija menor a no comprar nada a crédito o a plazos, a no deberle ni un centavo a nadie. Por eso creo que ella debió haber estudiado economía y no sociología. Es una sensación tan horrible sentirse preso a una deuda que no puedo ni imaginarme cómo estarán mi hija mayor y su marido catalán que pagan solamente de intereses MENSUALES mil (1.000) euros que es lo que mi ex –sapo y yo gastamos en un AÑO en comida para nosotros y las gallinas, bebida y gas para cocinar, siendo que todos los días bebemos vino y estamos gorditos y saludables. Si yo vendiese este terreno o ese cuadro lo primero que haría sería pagar esa deuda de ellos y lo segundo comprarle un apartamento o casita a mi hijo músico. Lo tercero irme a vivir en Garanhuns para allí implantar mi proyecto MP-Y de arborización. Por cierto hoy me encontré en la parada del autobús al ingeniero agrónomo que me ayudó a redactar el proyecto. Mi pobre proyecto olvidado, creado en 1995 y nunca implantado... ya estaríamos recogiendo los primeros frutos si yo no fuese tan floja. Pero, què vergüenza dolorosa siento cada vez que me acuerdo de lo que me dijo hoy ese ingeniero que hasta se me olvidó su nombre: “Pensé que vivías desde hace mucho tiempo en San Raimundo Nonato...”

No hay comentarios.: