viernes, 1 de febrero de 2008

LA PERRA




Hoy, jueves 31 de Enero de 2008, por fin y después de 2 semanas seguidas lloviendo, conseguí ir a mi huerta a donde siempre voy de media a una hora antes de mi desayuno, con Au-au mi perra bella. Pero hoy mi ex –sapo también fue (me imagino que por el placer de andar bajo el cielo sin paraguas ni guarda–lluvia). Y cuando estábamos regresando de la huerta, con sus inmensos ojos de sapo, dentro de una caverna abandonada que empezó a cavar mi hijo carioca cuando tenía 8 años para hacer su propia casa y que ahora, diez años después, ya está cubierta por una cortina de vegetación, descubrió un nido con 6 inmensos huevos de alguna de nuestras gallinas, de donde cogimos 4 dejando 2 y, -lo mejor que me pasó hoy-, fue haber desayunado con un huevo de nuestras gallinas criollas deliciosísimo, de yema roja, después de un ayuno de 2 semanas comiendo huevo de supermercado. No veo la hora de terminar ese gallinero, pero todavía falta mucho. Miento, lo mejor que me pasó hoy fue recibir emails de mis hijitas la mayor y la menor avisándome que tendré cincuenta euros para gastar con mi gallinero (además de que, al ir a la caja electrónica de mi banco y solicitar mi saldo, descubrí que la Tracker (compañía que hace rastreo por satélite y tiene una de sus antenas en mi terreno) ya me había depositado la mensualidad, lástima que se va siempre toda en pagar luz y teléfono). Inmediatamente hice un pedido de bloques, cemento y piedra para que el sábado Luis Vigilante continúe trabajando como Luis Albañil. También hoy a las 5 y media de la tarde fui a caminar con mi vecina y mejor amiga a pesar de que acababa de llegar de la ciudad caminando cargada con una mochila pesadísima porque estaba interdictado el paso de vehículos desde el Parque Nacional por causa de un accidente. Mi vecina y mejor amiga me dijo que fuera a descansar, y yo le respondí que no estaba cansada, que yo tenía 64 años, no 84. Mi ex–sapo también me dijo, que para qué iba a caminar más y le dije que yo iba sobre todo a chismear (porque él no entiende eso de hacer psicoanálisis). Cuando volví me pidió, como siempre, que le contara cuáles habían sido los chismes de hoy. Pero no pude contárselos porque la víctima de los chismes de hoy, su hermana, estaba sentada al lado de él.

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