sábado, 2 de febrero de 2008

LA VISITACIÓN



¡Dios mío, Dios mío! ¡Qué día! Hoy, viernes 1° de Febrero de 2008, el marido de mi vecina y mejor amiga se quedó espantado de que yo hubiese querido ir a caminar con su mujer a las 4 y media y no a las 5 y media de la tarde (como siempre hacemos) y comentó con su mujer que probablemente yo estaba queriendo huir de mi casa pues él había visto que había mucha gente en el jardín. Y es que esta mañana llegaron la hermana menor de mi ex–sapo, con su hija y la mamá del nieto de la hermana mayor (estos dos últimos ya están aquí desde hace una semana) y a las 4 de la tarde aparecieron de visita Jeanpaulo (el que arregla las antenas cuando se dañan) con su mujer y su hijita. Como mi ex–sapo está con muy poco servicio, cosa natural en el mes de Enero, yo he tenido que usar mi tarjeta de crédito para que no nos falte "pan" en la mesa (es decir: pan, vino, frijoles, etc.). Ya me parece un abuso que yo tenga que hacer eso cuando estamos aquí solos,¿y entonces, alimentar un ejército formado por los miembros de la familia Ballena Caracol...? Así que hoy colocamos el letrero ‘VENDO’ que estaba listo hace mucho tiempo pero yo no me sentía con tantas ganas de vender esto como me sentí hoy (aunque adoro este lugar). Ellos me imponen su presencia. El padre de mis hijos menores escribió un Estatuto Fundamental de la Humanidad que me parece utópico, porque ¿cómo podría yo expulsar esa familia Ballena Caracol de mi casa, a ellos que vinieron a pasarse aquí las vacaciones de Carnaval creyendo que nos harían muy felices con su presencia ya que están cansados de que los invitemos a venir (cuando tenemos dinero para llenarles la barriga)? Ellos estuvieron juntado dinero para el pasaje durante muchos meses. Yo siento compasión por ellos. Comen pan sin nada y parecen de gelatina: gordos, barrigudos y muy lentos para todo, hablar, caminar, menos para comer. Se tragan la comida prácticamente sin masticarla y siempre están hablando todos juntos a gritos. Lo mejor que me pasó hoy fue salir a caminar con mi vecina y mejor amiga a pesar de que ella solamente me contó las porquerías médicas que ve en su programa predilecto, un tal de House. No sé, creo que salí de Guatemala y entré en Guatepeor.

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