domingo, 10 de febrero de 2008

SUEÑOS



Los días pasan y se convierten en noches y las noches pasan y se convierten en otros días, y otras noches, y los sueños pasan y se convierten en pesadillas o en realidades maravillosas o tristes realidades, pero ayer sábado 9 de Febrero de 2008 mi día valió la pena de ser vivido porque Dios escuchó mis oraciones y mi ex –sapo recibió, -de dos clientes que le estaban debiendo sus servicios de herrero-, 130 reales (unos 65 dólares) con los que compró más de dos litros de vino para nosotros tres (mi hijo carioca, -que está aquí aprendiendo a ser herrero a los 28 años de edad-, él y yo), pagó el hierro que anteayer yo iba a pagar con mi tarjeta de crédito, me regaló una mermelada dinamarquesa de ciruela que cuesta tres veces más que la brasileña (lo mejor que me sucedió en el día), y todavía le sobró para comprarse un pantalón que estuvo buscando por toda la ciudad en compañía de mi hijo pero no encontró del gusto de él que es un gusto pasado de moda. En la mañana antes del desayuno subí a mi capilla como hago todos los sábados, pero no solamente con mi bella perra Au –au de 12 años de edad, sino también con mi hijito carioca el rey Baltasar quien hizo un trabajo magnífico limpiando la escalera que estaba irreconocible pues las ramas de los árboles la estaban cubriendo sobre todo los últimos 250 escalones a los que mi barrigudo ex –sapo nunca consigue llegar para hacer esa limpieza y yo no tengo suficiente fuerza y rapidez muscular para cortar con el machete o con la hoz o el hacha las ramas. También nos reímos mucho a carcajadas escuchando los cuentos o historias o chismes de mi hijo que habla mucho, muchísimo, podría ser locutor de radio. Él me está enseñando a hacer vino (que aprendió a hacer con mi hijo mayor) para que no suframos mucho cuando no tengamos con qué comprarlo, aunque me recomendó que parara de tomarlo yo que consigo controlarme y consecuentemente mi ex –sapo también pararía, tal y como sucedió con el cigarro. Entonces tomé la decisión (¿irrevocable?) de no comprar vino con mi dinero, que es el que gano de regalo de mis hijitos y con el alquiler de: las antenas, mi Salón para Fiestas y el estacionamiento de la kombi de doña Rita.

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