miércoles, 12 de marzo de 2008

LA NIETA MENOR




Ayer, martes 11 de Marzo de 2008, cuando salí del hospital de visitar a la única hija del único hermano de mi ex –sapo (a quien le di nuestro celular VIVO con la batería bien cargada y le quité mi celular TIM ya descargado) fui al supermercado a comprar un pescado barato con una cabeza grande, ya que dicen que la cabeza de pescado es rica en fósforo y que el fósforo es muy bueno para mantener la salud cerebral y aunque nunca he sido muy cuerda, siempre he tenido buena memoria pero últimamente se me están olvidando algunas fechas importantes, como el cumpleaños de mi nieta menor (a quien le tengo un cariño muy especial porque cuando tenía un año la enseñé a bajar solita las escaleras) y otras cosas tan o más importantes como preguntarle al pescadero si tenía cabeza de salmón que es lo que yo siempre compraba el año pasado en una pescadería muy buena pero que queda un poco lejos del centro de la ciudad. Y entonces por primera vez en mi vida comí un pescado llamado aquí TAINHA

que me fascinó y eso fue lo más delicioso que me pasó ayer. Pero lo mejor fue que el Coronel Mauricio me pagó, con atraso de apenas un día, los 200 reales (unos 70 euros) que me tiene que pagar todos los meses de alquiler de 68 metros cuadrados de mi terreno donde tiene una torre para antena “repetidora” y con eso fui y pagué las cuentas de teléfono y de electricidad y todavía me sobraron diez reales. Después, a pesar de que estoy muy brava con mi vecina por decir que Venezuela es un país paupérrimo, fui a caminar con ella. Como ella no sabe y por lo visto ni notó que eso que ella dijo me hirió no sé por qué porque total ya soy más brasileña que venezolana, ayer lo reiteró. Y yo, traidora a mi patria madre, me quedé callada pues si me pongo a argumentar contra su hijo (que fue quien la convenció de eso porque cuando estuvo en Venezuela hace 20 años lo único que vio fueron cerros llenos de ranchos), diciéndole lo que quería decirle, que allí viven los inmigrantes de los países vecinos, incluidos brasileños), entonces quien se va a poner muy brava y ofendida es ella y yo soy una ciudadana del mundo, una mujer de paz, con mucha honra y gracias a Dios (¿o una cochina cobarde?).

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