viernes, 7 de marzo de 2008
LA INTERVENCIÓN
Hoy, miércoles 05 de Marzo de 2008, fue un día agitadísimo. Mi ex –sapo se despertó, -justamente hoy que vendría Luis Albañil a colocar la platabanda del castillo de las gallinas-, con dolor de columna. Pero, gracias a Dios, entre los dos consiguieron colocar la platabanda. Y lo mejor de todo, pensábamos que por ser ellos apenas dos, terminarían a las 6 de la tarde, pero al mediodía habían culminado su ardua tarea. Hasta yo ayudé llevando 3 viajes con dos baldecitos de concreto, uno en cada mano, desde donde ellos habían hecho la masa de concreto al nivel de la tierra hasta las manos de Luis (que estaba sobre el techo de madera forrado con hierro tejido, vertiendo y expandiendo allí el concreto). A las 10 y media salí a comprar 12 latas de cerveza helada y un kilo de carne que cuando me desperté de mi pre –siesta ellos ya se habían bebido y comido todo. Pero lo que más me dejó nerviosa fue que la cuñada de mi ex –sapo me llamó por teléfono para decir que estaba llegando con su hija por ahí por las 4 de la tarde que era la misma hora en que Manoela también llegaría. Los cineastas fueron puntuales como buenos alemanes (que se entendían en inglés con Luisa la secretaria de Manoela porque la propia Manoela no vino). Parecían todos, un grupo como de 10 personas, de otro mundo. Llegaron, vieron y se fueron. Quien los atendió fue mi ex –sapo, ya borracho, porque yo estaba almorzando. Terminé de almorzar y me fui a caminar con mi vecina. Ya estábamos regresando cuando mi celular toca y era para avisarme que ya estaban allí esperándome mi cuñado (único hermano de mi ex-sapo), con su mujer y su única hija. Nos fuimos al hospital donde entré rezándole al ánima bendita del viejo Gunnar Svaetichin y cuando la enfermera me dijo que la niña se quedaría hospitalizada no aguanté la emoción y se me salieron las lágrimas y allá se quedó la pobre, pálida (con menos de 3 millones de glóbulos rojos), prendida en fiebre, y la pierna izquierda con erisipela, hospitalizada. Sus padres no hallan cómo agradecerme el que yo (¿) hubiese intervenido (¿) para que el hospital aceptara internar a la niña.
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