martes, 18 de marzo de 2008

EL PECADO



Hoy, lunes 17 de Marzo de 2008, me levanté a las 7 y 15 de la mañana como si fuese domingo, porque ayer domingo no me dejaron dormir siesta ni las visitas ni mi ex –sapo, totalmente borracho. Por eso hoy solamente pude navegar un poquito en casa de mi vecina, mejor amiga, psico–analista y gran cocinera quien me regaló un frasco de frijoles preparados con carne seca que me comeré mañana al almuerzo. Pero hoy antes de desayunar ya yo estaba en la ciudad comprando pan, cloro, huevos, talco para los pies y las benditas 3 velas para salvar con macumba a la pobre chica que está hospitalizada hace 15 días y, según su mamá, está peor. Cada vez estoy más convencida de que es verdad lo que dijo el viejo Gunnar Svaetichin: lo único que los médicos saben hacer muy bien es matar (y eso que él mismo era médico, aunque cuando lo conocí ya no ejercía la profesión de médico sino la de investigador científico en biofísica y bioquímica de la visión). Al regresar de la ciudad, desayuné y me puse a escribir (en verdad era tallar, más que escribir) 7 veces el nombre de la chica en una de las velas y 13 veces el de su madre en otra de las velas. Al terminar me fui a dormir mi pre–siesta pero me desperté antes de que sonara el despertador asustada pensando que había hecho algo errado. Entonces llamé por teléfono a la sacerdotisa macumbera mi bondadosa ex–vecina y le conté que había estado toda la mañana gravando sobre velas de parafina y no de cera y ella me respondió que también podían ser velas de parafina pero que lo importante era que escribiera o gravara vertical y no horizontalmente a la llama y comenzando por el fondo de la vela. Total, realmente había hecho todo errado y tuve que raspar las velas para corregir los errores, que todavía no he corregido porque me fui a almorzar y después a caminar. Pobre, pobre niña la única hija del único hermano de mi ex–sapo. Hoy no la fui a visitar y ni siquiera la llamé por teléfono, semtida con ella por estar yo haciendo toda la mañana algo que debería estar haciendo o ella misma o su propia madre. ¿Será que como católica, apostólica y romana estoy cometiendo, por macumbera, un pecado? Bueno, no debe ser mortal sino venial porque estoy practicando la virtud de la caridad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mama por favor ¿tan grande y aún crees en brujas?...aunque de que vuelan vuelan jiji. Yo que tu agarro las velas y las llevo a la capilla de la Virgen de los Vientos, que con el simple hecho de subir ya es todo un sacrificio por la recuperación de la niña. Tu hija grande